lunes, 15 de septiembre de 2008

Recuerdos....

Por Jose Franco.

No se si alguno de los hipotéticos lectores o lectoras de este blog se habrá parado alguna vez a pensar e intentar rescatar de su memoria el primer recuerdo o el más lejano que tenemos incrustado en nuestras neuronas. A mi me gusta hacerlo de vez en cuando y siempre es curioso comprobar eso que dicen de que la memoria es selectiva y guarda a tempranas edades solo lo que interesa. Mi recuerdo más remoto "habla" de un hombre mayor, al que desgraciadamente no le puedo poner una cara definida, que me da caramelos. Mi madre me ha contado muchas veces, cuando le hablo al respecto, que ese hombre que me daba caramelos era mi abuelo al que perdí cuando tenia dos añitos; (ya a llovido). Y digo que la memoria es curiosa porque hechos que, presumiblemente, por lo emocional y convulso como el de un accidente domestico con una puerta en el que casi pierdo un trocito del meñique de la mano derecha y que ocurrió después de la perdida anteriormente citada, solo me queda la cicatriz que me lo recuerde, del hecho en si nada de nada. Pero en fin tampoco quiero aburriros con más cosas personales....

En mi memoria, lógicamente, se encuentran muchas cosas, seguro que más de las que desearía, pero una de esas que guardo, y esta con especial cariño por mi condición cofrade, es mi visión de niñez de la Semana Santa sexitana. Recuerdo por ejemplo los cohetes del Domingo de Ramos, al Nazareno vestido de blanco o como mi padre me susurraba una noche en una pequeña calle oscura repleta de gente (Calle Nueva) que "cuando pase el Señor hay que estar callado" y que curiosamente lo tomé a pies juntillas y no dije palabra hasta que ya en mi casa, muy bajito le pregunté a mi madre "¿ya puedo hablar otra vez?", en fin la inocencia de los 5 ó 6 años. Y sí, lo reconozco, no siempre me gustó la Semana Santa. Creo que uno de mis mayores temores de infancia fueron los palios de la Virgen de los Dolores y la Esperanza. Recuerdo que sentía un pavor irracional a que aquellos "palos" me cayeran encima, aunque al mismo tiempo que los temía su movimiento y aquel crujido extraño me hipnotizaban de tal manera que era incapaz de dejar de mirarlos mientras no movía ni un músculo.

Aunque si tengo recuerdos extensos sobre la Semana Santa hay unos que guardo con especial cariño en torno a la Celebración de "El Paso". Cada Viernes Santo como tradición y debido a que mis padres participaban como penitentes en la Cofradía del Sepulcro (por cierto que no vi el desfile del Santo Entierro completo hasta el 2004 , esto lo contaré otro día, aunque tiene su lógica), habitualmente por la mañana nos bajábamos al pueblo (desde Torrecuevas), mi padre para ayudar en el montaje del trono y mi Madre , mi hermana y yo para pasar la mañana en Casa de mi Tía en el Edificio los Vázquez (Cuesta de la Iglesia). Recuerdo que decíamos que "íbamos a la casa de la Tita a ver El Paso" y es curioso pero para mi el paso era ver al Nazareno en la Calle Arco del derrumbadero desde una ventana esperando y a San Juan junto al gran portalón del edificio. Lo dicho la inocencia infantil. No fué hasta mucho después cuando me enteré que El Paso era lo que hacían en la plaza en medio de toda aquella gente.............en fin: recuerdos.
...To be continued.

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